jueves, 8 de septiembre de 2011

De la vida a la muerte, hay solo pocos segundos de diferencia...


José había vuelto de trabajar como todos los días... había disfrutado de un buen dia con sus compañeros riendo y hablando mientras trabajaba en el turno de mañana en una fábrica. Acabada la jornada, se dirigió al vestuario, se cambió de ropa y salió a coger su transporte como cada dia hacía. En el autocar, su semblante cambiaba radicalmente. La cara de alegría que tenía, se convertía en una cara triste y llorosa, aunque evitaba emocionarse delante de la gente, no lo podía evitar. Escondía su rostro para disimular sus lágrimas...
Cuando José llegó a su destino, vio como un grupo de gente de entre 20 y 25 años, estaba en la calle con sus gamberradas de siempre. Este grupo la tenía tomada con José desde hace mucho tiempo, faltándole el respeto e insultándolo porque estaba solo, sin nadie que le apoyara... su madre murió y desde su muerte, José recibe casi diariamente, burlas e insultos por parte de estos niñatos. A veces, incluso, llegaron a agredirle tirándole piedras. José subía a su casa, y en la soledad, se ponía a llorar y a preguntarse por qué  a él. Todos los días lloraba, un dia si y el otro también. Dentro del llanto, tenía que tomar una determinación. Llamó a la policía para denunciar, pero como no le hacían caso, desistió. Estuvo delante del ordenador un rato y a las 5 de la tarde, salió a hacer unas compras... tenía que ir al dia siguiente a trabajar, a ver a los compañeros, porque aparte, de ir a trabajar, necesitaba estar con sus compañeros, para que le dieran apoyo, sino, intentos de apoyo.
Pero José ya no volvió. No se presentó a trabajar como cada día. La empresa extrañada, se preguntaba que era lo que le podía haber pasado. Ellos sabían que José sufría estos malos tratos y acosos por parte de esta pandilla y ya se temían lo peor. Tuvieron que poner a una chica en su lugar. Las primeras tres horas y media fueron angustiosas, pero los compañeros no querían pensar en nada malo, lo mismo no le ha sonado el despertador y se ha quedado dormido más de la cuenta, pensaban.
Pero la realidad era bien distinta.
A las doce del mediodía, llegó la fatal noticia. José había muerto el dia anterior por la tarde, tras recibir 25 puñaladas por parte de dos de sus verdugos, el primero le dio 15 y el otro 10, 4 de ellos en pleno corazón. Mientras acababan con la vida del pobre José, un tercero filmaba con el móvil y todos se reían y le insultaban más que nunca. No hay duda de que ellos querían que lo último que escuchara José fueran los insultos, para que José no descansara en paz.
En la fábrica, la noticia corrió como la misma pólvora, en pocos minutos, toda la gente lo sabía. Algunos rompieron a llorar desconsoladamente, abrazándose y sintiendo el calor de unos sobre otros. Algunos incluso, del mismo dolor, tuvieron desvanecimientos, otros gritaban y otros tenían la cara acongojada, aguantándose la emoción, no paraban de decir: "no puede ser, no puede ser..."
Fue al día siguiente, cuando la empresa decidió que se hiciera a las doce del mediodía, 5 minutos de silencio en recuerdo de José. Ese día se celebraba el entierro por la tarde. Asistieron al cementerio todos los compañeros de trabajo de José, para darle el último adiós. José ya descansaría lejos de sus verdugos, que tanto daño le han hecho y que han acabado con el de forma miserable, pero al mismo tiempo, descansaría lejos de sus compañeros de trabajo, que eran también sus amigos y que tan buenos momentos le habían dado y sobretodo, porque le han apoyado y le han querido... La vida en la fábrica, ya no sería igual sin José. Los días siguientes, se le echaría mucho de menos y siempre se le recordaría. Y para siempre.
José tuvo una muerte cruel. Sus verdugos, antes de matarlo, le enseñaron un cuchillo de cocina, con el que iba a ser asesinado. Con insultos y alusiones a su madre, diciendole que era una puta, José lloraba y sufría como nunca lo había hecho. Les suplicaba y les rogaba con las lágrimas cayendo por sus mejillas, que por favor, no le mataran, que quería vivir, (que era lo que más deseaba en este mundo, ya que tenía planes de cambiar de domicilio y ser feliz de una vez por todas.) Pero ellos no le escucharon y uno de ellos,tiró a José al suelo, se la sacó y empezó a orinar encima suyo, insultándolo y los demás riéndose. Cuando acabó, uno empezó a apuñalarle repetidamente, sin importarle que la sangre le empezara a salir a borbotones, e incluso, a  mancharse con ella,  hasta llegar a las 15 puñaladas, mientras que el otro, para rematar la faena, le diera las 10 puñaladas restantes, 4 de ellas, le atravesaron literalmente el corazón. Cuando ya se aseguraron de que José estaba muerto, huyeron de la forma cobarde como únicamente saben huir los asesinos, eso sí, tiraron el cuchillo ensangrentado a una papelera, mientras que José estaba bajo un charco enorme de sangre. La gente estaba desconcertada, triste, hasta que llegó la policía, llamaron a un forense para levantar el cadáver y una chica fue hasta la papelera para coger el cuchillo y analizarlo. Los gamberros fueron detenidos, a los pocos dias del entierro de José, pero quedaron en libertad, a la espera de que se hiciera el juicio, mucho tiempo después...
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Esto es a grandes rasgos, lo que podía pasar a una persona que sufre acoso y que tanto si se denuncia, como si no, su vida correría serio peligro. Cambiemos la mentalidad y tratemos a las personas como son: personas, indistintamente como sean, hombres, mujeres, blancos, negros, guapos, feos, gays, lesbianas, transexuales, bisexuales o con algún tipo de disminución, tanto física como psíquica, porque todos somos iguales ante la ley, y esto no se discute de ninguna manera.
Y sobretodo, hay que vivir la vida, porque un dia estamos aqui, pero... ¿podemos saber donde estaremos mañana, si viene cualquier desaprensivo y nos hace daño y estaremos allí?... eso nunca lo sabremos...
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He escrito este blog desde la impotencia, desde el más absoluto rechazo hacia todo tipo de violencia, verbal o física que las personas podemos llegar a sufrir, ver como nos convertimos en acosados gracias a unos malnacidos sin pies ni cabeza, que nunca serán personas, serán unos borregos  con poco cerebro o casi nada de él... unos gilipollas acabados que deseamos todos, que tengan su merecido y que nunca más  hagan daño a nadie, sin quererlo o deliberadamente.
También quiero que sepáis que, si he escrito esto es porque yo, lo estoy pasando desde hace mucho tiempo, por tanto la historia es real como la vida misma. Es lo que puede llegar a pasar. Yo confieso que cuando escribo esto, mis ojos se llenaban de lágrimas al darme cuenta de que el paso de la vida a la muerte, es muy, pero muy corto... me gustaría que a la gente que no le he contado personalmente esto, lo lea y diera una opinión...

5 comentarios:

  1. pablo estate tranquilo, perros ladradores poco mordedores

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  2. tú tranki tronko,ya se iran...

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  3. animo pablo , que no te venzan estos mierdas de " personajes " .....

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  4. como dice el refran ¨no hay mas desprecio que no hacer aprecio¨ignora a esos malnacidos e intenta ser feliz.

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  5. Gracias por vuestros apoyos... aún hay gente como vosotros con dos dedos de frente en este mundo, cada vez más complicado.

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